Origenes de la ley de atraccion


Del libro “El éxito no llega por casualidad” del Dr. Lair Ribeiro.
Cuando la mente actúa como cocreadora. 




Todo lo que existe en el universo físico surgió primero en la mente. El pensamiento es energía, y la energía sigue al pensamiento. Los pensamientos generan sentimientos que provocan comportamientos. Estos tienen consecuencias en el universo físico, que a su vez originan nuevos pensamientos, completando así el ciclo pensar-sentir-actuar.

Los pensamientos dependen de las creencias de cada persona. Si a usted no le gusta lo que ve en su entorno, analice lo que piensa y las creencias subyacentes en sus pensamientos. Cambie las creencias, renovándolas lingüísticamente, y surgirán manifestaciones nuevas en su vida. Es usted quien gobierna su “nave”. Saque las manos de los bolsillos y dirija el timón con firmeza y determinación, llevando su vida por los mares que usted escoja, siempre habiendo navegado antes por su océano mental.




Comentario de Lourdes



Una vez más se nos indica la importancia de, además de enfocarnos en pensamientos positivos, observar, ser concientes de donde surgen nuestros pensamientos y que los influencia (“los pensamientos dependen de las creencias de cada persona”; “analice lo que piensa y las creencias subyacentes en sus pensamientos”). Esto se hace con la finalidad de auto-conocerse, lo que nos da la posibilidad de ser verdaderos dueños de nosotros mismos, no para regodearse en los defectos, ni para sentirse culpable por los errores, sino para estar atentos a cuando los viejos hábitos quieren sabotear nuestras decisiones, no permitirles influenciarnos y por el contrario, bombardearlos con los pensamientos que hemos elegido tener en forma conciente, “siempre habiendo navegado antes por su océano mental”.

Continuando con el libro:
Piense a lo grande

Voy a proporcionarle algunos valiosos consejos para la consecución de sus metas. La primera recomendación es que escriba todo lo que sea importante. Si usted tuviera que pedir un préstamo al banco, debería firmar varios documentos, no se trata simplemente de pedir, tomar el dinero, y prometer devolverlo. Todo lo importante figura por escrito. Su vida: ¿no es importante? Si se le pregunta a un grupo de personas al azar que van a hacer de aquí a dos, cinco o diez años, dirían que aún no han tenido tiempo para pensarlo. Si usted aún no ha tenido tiempo para pensar en lo más importante, que es su vida, ¿en qué piensa entonces?

Haga el siguiente ejercicio: escriba sus metas para los próximos seis meses, doce meses, cinco años, etc. Confié, póngase en marcha y vea los resultados.

Recomendación importante, preste atención: la meta tiene que ser suya, y no de otra persona (no debe ser influenciada por el deseo o compromiso con otras personas). Quién asume una meta que no es la suya, está comprando su propia infelicidad.
La meta debe ser personal y ha de estarse comprometido con ella. Estar comprometido es más que verse implicado (se refiere no a ser colaborador, o ser parte de algo, sino a ser la misma meta)
Porqué, la importancia de saber lo que realmente queremos ?
Fuerzas antagónicas que generan conflicto

Cuando dos creencias antagónicas conviven en un mismo cerebro, o cuando se actúa de forma incoherente con las propias creencias se viven conflictos interiores. Vamos a imaginar que una parte suya piensa de una manera y otra parte piensa de otro modo. Usted es una persona internamente dividida, y en esa situación de conflicto interior, hay una perdida de energía vital. Cuando existe un conflicto de este tipo, siempre se tiende a no darle importancia, y una de las partes se altera.

Es lo que ocurre, por ejemplo, si usted cree que fumar hace daño pero continúa haciéndolo (conflicto entre creencia y acción), o si deja de fumar (modificación de la acción) o si lo racionaliza, engañándose, intentando convencerse de que fumar no es perjudicial. Cuando racionalizaciones como esta predominan en varias áreas de su vida, usted vive en una constante auto-ilusión.


Del libro: “La Ley de la Atracción” del Dr. Camilo Cruz

Nuestra meta es desarrollar tal conocimiento de las leyes del éxito, que éste también surja en nuestra vida de manera automática. Una manera fácil de entender las diferentes etapas de este proceso es con este ejemplo:

Primera etapa: Inconcientemente incapaz

Un niño de seis meses es incapaz de atarse los cordones de los zapatos. Es más, no sabe que existe tal cosa. No lo conoce, por tanto, no lo practica, no lo extraña, ni cree necesario. Podríamos decir que no sabe, pero no sabe que no sabe. Él es inconcientemente incapaz.

Segunda etapa: Concientemente incapaz

El niño de dos o tres años observa a su padre amarrarse los zapatos. Ahora es conciente que existe esta actividad, pero aún es incapaz de realizarla por sí mismo. No obstante, ahora, está conciente de su incapacidad. El no saber como hacerlo le produce frustración y hace que abandone su intento después de unos momentos. Aún no sabe como hacerlo, pero ahora sabe que no sabe. Él es conciente de su incapacidad.

Tercera etapa: Concientemente capaz



Un niño de cinco o siete años de edad, después de observar a otras personas, y de practicar como amarrarse los zapatos, logra hacerlo por sí mismo. Sin embargo, para lograrlo necesita concentrarse en lo que hace. Esto es evidente ya que trata de colocar su pie lo más cercano posible a su cara, y fija su visión en la tarea, tratando de eliminar cualquier distracción. Él es ahora conciente de su nueva capacidad.

Cuarta etapa: Inconcientemente capaz



Los adultos no necesitan pensar o concentrarse cuando se amarran los zapatos, lo hacen inconcientemente. Lo pueden hacer con los ojos cerrados o, inclusive, mientras mantienen una conversación. Esta acción se ha convertido en una acción automática en ellos. Finalmente son inconcientes capaces.



Estas cuatro etapas pueden convertir cualquier acción en un hábito, y cualquier hábito en un condicionamiento inconciente. Esta es una gran noticia si el hábito en cuestión es de éxito. Pero funciona exactamente igual con un mal hábito sin importar cuan auto-destructivo sea.

De esta manera podemos atraer hábitos positivos hacia nosotros y dejar los hábitos negativos de nuestras vidas. Lo único que necesitamos es actuar con disciplina y persistencia, hasta lograr lo que nos hayamos propuesto. Recuerda: la ley de la atracción sólo comienza a ejercer su enorme poder cuando la manera de actuar es consistente con los objetivos que deseas lograr. La visión sin acción es nula. Aquellos pensamientos de éxito que no están respaldados por la acción consistente y decidida no producirán ningún resultado.

Podemos pensar en la palabra atracción como una palabra compuesta por los términos “atraer” y “acción”, aunque todo aquello que atraes en tu vida se forma en tu pensamiento, es la acción la encargada de materializar dicha visión.


“La naturaleza humana es muy propensa a creer que la dicha de la vida esta en el mañana. Si en lugar de esperar a que el mañana nos depare una gran felicidad, nos empeñáramos en lograrla en el presente, adelantaríamos grandes pasos” Orison Swett Marden.

¿Qué puede suceder cuando decides comenzar a utilizar el gran poder que la ley de atracción pone en tus manos?

Tendrás que descubrirlo tú mismo, nadie puede atraer nada hacia tu vida; solo tú puedes hacerlo.

El pensamiento correcto puede atraer lo que deseas, pero es la acción la que hace que puedas recibirlo. Sin acción, las oportunidades que buscas pueden pasar frente a ti sin que las veas. Si es así, de nada te sirvió atraerlas mediante el uso del pensamiento correcto.

Querer triunfar, tener buenas intensiones y contar con grandes sueños no es suficiente. Muchas personas quieren eso, y sin embargo se mantienen pobres toda su vida, sin lograr las metas que soñaban. Por cada gran idea que cambió la historia de la humanidad, miles de ideas nunca se materializaron, porque aquellos que las concibieron, y quizás desarrollaron un plan para lograrlas, nunca actuaron. No te detengas a pensar los problemas que puedan surgir, muchas personas planean y ensayan su propio fracaso al malgastar una gran cantidad de tiempo anticipando lo peor, y como resultado de eso atraen lo peor. En cierta ocasión escuché la definición de la palabra infierno. Fue lo que necesité para saber que debía actuar de manera inmediata. Decía así: “infierno es llegar al final de nuestros días y encontrarnos cara a cara con la persona en la cual pudimos habernos convertido”.

Recuerda que tu mundo exterior no es más que un reflejo de tu mundo interior. El éxito no es el resultado de la suerte o la coincidencia, sino de lo que has atraído con tus pensamientos dominantes.

Prepárate, porque aquello que deseas atraer hacia ti, si lo deseas profundamente; si crees con absoluta fe y convicción que lo alcanzarás; si responde a tu propósito de vida y misión personal, y estas decidido a persistir hasta lograrlo, seguramente ya está en camino.

Documento facilitado por Lourdes Gonzalez


Continuará el tema en próximos documentos.